Lesiones benignas de la mama - Dr. José Manuel Cotrina Concha
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Lesiones benignas de la mama

Lesiones benignas de la mama

Fibroadenoma

Es el tumor más común que se origina en la mama y más antes de los 30 años. Es un tumor constituido por tejido glandular y tejido conectivo (tejido de sostén). La incidencia de éste tumor se presenta frecuentemente en adolescentes y mujeres alrededor de los 20 años, siendo su aparición por encima de los 35 años, bastante sospechosa e indicativa de estudios clínicos.

Típicamente las mujeres encuentran una masa palpable, indolora, mientras se bañan o hace el auto examen de la mama, clínicamente, los fibroadenomas son palpables, cuachosos o gomosos, con bordes suaves y bien delimitados, estos tiene un tamaño promedio de 2.5cm aproximadamente y en alrededor del 10% de los paciente se tienden a encontrar lesiones múltiples. El crecimiento es bastante lento, aunque es algunos casos puede ser rápido. La conducta a seguir puede ser expectante o quirúrgica extirpando el tumor.

 

Tumor Phylloides

Llamado anteriormente cistosarcoma phylloides. Se presenta en el mismo rango de edad que el carcinoma mamario (quinta década de la vida), pero puede ocurrir en pacientes más jóvenes e incluso adolescentes. Representa el 1% de todos los tumores de mama.

Este tumor tiene un comportamiento bifásico, ya que puede ser benigno o maligno. El porcentaje de benignidad vs. malignidad no está bien definido, sin embargo, reportes sugieren que cerca del 85-90% son benignos y que aproximadamente 10-15% son malignos (incluyendo borderline).

Clínicamente las pacientes presentan una masa firme, móvil, bien circunscrita y móvil. Una masa pequeña puede aumentar de tamaño rápidamente en semanas. Raras veces el tumor compromete el complejo areola – pezón o produce ulceración en la piel. Sin embargo, muchos de los hallazgos al examen físico e imageneológico son muy similares a los del fibroadenoma, por lo que el diagnóstico se hace con el estudio histopatológico, que revela hiperpercelularidad estromal con elementos ductales o glandulares benignos, con marcado aumento en el número de fibroblastos fusiformes.

Una vez hecho el diagnóstico, el tratamiento es quirúrgico.

Papiloma Intraductal

Papilomas en los conductos galactóforos, son pólipos verdaderos de epitelio, su localización es más frecuente en la areola, con un pico de incidencia alrededor de los 50 años, aunque se puede presentar prácticamente a cualquier edad.

Se presentan usualmente con secreción sanguinolenta o serosanguinolenta a través del pezón, que es por lo general, espontaneo e intermitente, en ocasiones se puede palpar un tumor retroareolar, suave que no es más que el conducto dilatado por el contenido hemorrágico, cuando se presenta como tumor, es duro, de superficie lisa o levemente irregular, con bordes bien delimitados y relativa movilidad, el hacer presión sobre éste puede desencadenar secreción sanguinolenta, aunque también se pueden presentar como pequeñas masas palpables o como zonas de mayor densidad en la mamografía. El 75% es retroareolar.

El tratamiento consiste en la resección quirúrgica del tumor o del sector origen del derrame o si se encuentra multicentricidad, una resección de todos conductos terminales de la mama.

Hamartoma

También llamados adenolipoma, fibroadenolipoma o mastoma, dependiendo de las características, se trata de tumores mixtos, generalmente con componentes lipomatosos y fibroadenomatosos. Se dan en todas las edades y son fácilmente delimitables y extirpables. Son benignos y no aumentan el riesgo de cáncer.

Adenosis esclerosante

Adenosis como tal, se refiere a un aumento en la cantidad terminal de ductos o acinos, la más conocida o de más frecuente aparición clínica es la adenosis esclerosante.

Estos acinos se encuentran con un lumen pobremente formado y se encuentran distorsionados y comprimidos.

Usualmente estas lesiones son encontradas incidentalmente, aunque también pueden presentarse como masas palpables o alteraciones (calcificaciones) en la mamografía. Al examen físico, así como histológica y radiológicamente, este tumor puedes ser confundido con un carcinoma, por lo que pruebas inmunohistoquímicas (calponina, p63, miosina de músculo liso) se realizan para asegurarse de que la capa de células mioepiteliales esté intacta, lo que nos indica que la lesión es benigna, mientras si no lo está, nos indica una lesión maligna.

Alteraciones fibroquísticas

Es un conjunto de cambios encontrados en la mama y que deberían llamarse cambios fibroquísticos, son los mas comunes de todos los cambios benignos, estos se encuentran normalmente en la mama y son hallazgos histológicos. Histológicamente se pueden encontrar varias cantidades de fibrosis y quistes, si se encuentra mayoritariamente fibrosis la lesión pasa a llamarse Mastopatía fibrosa. Pueden también encontrarse calcificaciones, signos de inflamación crónica con linfocitos y macrófagos, metaplasia apocrina e hiperplasia ductal o lobular.

Se cree que estas alteraciones fibroquísticas son por una respuesta exagerada a los cambios y ciclos hormonales en la mujer, la incidencia se encuentra principalmente entre los 20 y 50 años y es rara después de la menopausia a menos que haya uso exógeno de hormonas.

Lo signos y síntomas clásicos de las alteración fibroquística incluyen engrosamiento y aumento de la densidad de los senos y excesiva nodularidad, todas estas características destacan en la etapa premenstrual del ciclo sexual femenino. El dolor suele ser inespecífico y difícil de ubicar, con un predominio por los cuadrantes superoexternos, usualmente el dolor se puede irradiar a hombros. En casos de dolor severo localizado, la causa es el rápido crecimiento de un quiste.

Quistes

Los quistes benignos, tienden a fluctuar de tamaño y consistencia con el ciclo sexual femenino, estos son usualmente detectados al examen físico, como palpables, suaves, móviles, bien delimitados, renitentes y pueden ser vistos mejor por ultrasonografía, siendo redondeados u ovales, anecoicos y bien circunscritos.

Los quistes pueden ser palpables o no palpables y simples y complejos, aquellos que son como los descritos anteriormente son simples, aquellos que, tienen travéculas, septos y diferentes ecogenicidades son complejos y sospechosos de carcinoma mamario y deben ser examinados con una biopsia guiada por ecografía o extirpados por cirugía.

Los quistes no palpables simples, se pueden quedar allí y no se les hace nada, lo que son palpables, se les realiza una aspiración por aguja fina guiado por ecografía, si el fluido no es sanguinolento o serosanguinolento, es descartado, de lo contrario debe ser llevado a análisis citológico. Aquellos quistes que se resuelvan después de la aspiración, no requieren más tratamientos, sin embargo si el quiste persiste, se debe hacer la extirpación quirúrgica. Los quistes complejos no palpables se deben biopsiar para descartar malignidad.

Mastitis

Es una infección en el tejido de las mamas.

Las infecciones mamarias son, por lo general, causadas por bacterias comunes que se encuentran en la piel normal (Staphylococcus aureus). Las bacterias se introducen a través de una fisura o ruptura en la piel, generalmente en los pezones.

La infección tiene lugar en el tejido graso de la mama y ocasiona inflamación, la cual comprime a su vez los conductos galactóforos, provocando dolor e hinchazón en la mama infectada.

Las infecciones mamarias se presentan generalmente en mujeres que están lactando. Las infecciones mamarias que no tienen relación con la lactancia podrían ser una rara forma de cáncer de mama.

Mastitis aguda

El cuadro clínico de una mastitis aguda se caracteriza por la aparición de una zona más o menos extensa, enrojecida, dolorosa, indurada y caliente con la presencia de fiebre más o menos tardíamente. Es mucho más frecuente durante el periodo de lactancia. Ante este cuadro es imperativo descubrir mediante la exploración física o la ecografía la presencia de un absceso subyacente que pudiese requerir una evacuación del pus. El tratamiento básico de este proceso inflamatorio es la administración de antibióticos y si hay abcesos (colección de pus) el drenaje.

Mastitis crónica

La mastitis crónica es un proceso lento, larvado que aparece con signos más inespecíficos que en el proceso agudo y que tiene manifestaciones radiológicas. Muchas veces el origen es una infección aguda mal curada o un absceso mal drenado. En algunas ocasiones, los traumatismos mamarios pueden ser el origen de este proceso. Es importante en estas ocasiones hacer un diagnóstico diferencial con el cáncer y, por consiguiente, será necesario realizar mamografías, ecografías, punciones y, en ocasiones, biopsias a fin de llegar a un correcto diagnóstico.

Galactoforitis crónica recidivante

La galactoforitis crónica recidivante también conocida como periductitis es un proceso inflamatorio particular de la mama que tiene una patogenia característica y constante. Se origina en los conductos cercanos al pezón y a consecuencia de infecciones infraclínicas repetitivas.

Estas infecciones se producen por el estancamiento de secreciones originalmente espesas acumuladas en la porción terminal de los galactóforos. Progresivamente, estos conductos se llegan a ocluir y la infección va dañando la pared de los mismos, provocando una dilatación y una alteración de los tejidos adyacentes.

Por fin, el absceso que se produce en esta región tiende a evacuarse espontáneamente y, al no poder hacerlo por la vía natural que es el pezón, lo hace por una nueva vía hacia zonas más débiles como son la unión de la piel con la areola. De esta manera se crea una falsa vía de drenaje que se denomina fístula y que es recidivante. El único tratamiento en estos casos es la exéresis quirúrgica de la fístula y de todo el tejido adyacente dañado.

Trastornos funcionales de la mama

Nos referimos en este apartado a una serie de procesos, que si bien son fisiológicos, es decir, que forman parte de la forma habitual en que funciona o está constituida la mama, ocurren de forma excesiva, o fuera del contexto normal en que deberían aparecer. Se tratan fundamentalmente de dos procesos:

Telorrea

Consiste en la secreción de líquido por el pezón. Es un hallazgo muy frecuente, y   puede obedecer a causas muy diversas, la mayoría de ellas benignas, si bien el diagnóstico   definitivo se realizará tras valorar una serie de pruebas complementarias como la mamografía, la ecografía de conductos y en algunos casos la citología de la secreción. No obstante, existen una serie de datos que apoyan la sospecha de que este hallazgo sea benigno, tales como:

Que aparezca bilateralmente, es decir en las dos mamas.

Que se produzca por varios orificios del pezón (pluriorificial), lo cual apoya también el hecho de que se trate de una patología difusa del tejido mamario.

El aspecto del fluido o secreción es también determinante: si es amarillento o de aspecto purulento, es característico de un proceso infeccioso, la mayoría de las veces benigno; mientras que si es sanguinolento, seroso o transparente, nos obliga a descartar un proceso tumoral.

Galactorrea

Es la aparición de secreción de leche, espontánea o provocada fuera del periodo de la lactancia o embarazo (sexto mes). Suele ser bilateral y está producida por una   estimulación anómala de las glándulas mamarias, de múltiples orígenes o causas, como son:

Exceso de una hormona que es secretada por la hipófisis, y que su función es estimular el desarrollo mamario, posibilitando la producción de leche durante la lactancia y el embarazo, que es la prolactina.

A veces, los niveles de esta hormona en sangre son normales y se debe a una mayor sensibilidad del tejido mamario a esta hormona.

Otras veces se debe a fármacos que se emplean para tratamientos de diferentes patologías, ya sean digestivas (como la metroclopramida), relacionados con la enfermedad de Parkinson, o por procesos neurológicos o de estrés (sulpiride).

Pese a su mayor frecuencia de benignidad, toda galactorrea, o secreción de leche por el pezón, debe ser valorada por un especialista, que procederá a su diagnóstico mediante una buena historia clínica a la paciente, una exploración física detenida y las pruebas complementarias adecuadas, que deben incluir determinaciones hormonales, y a veces pruebas radiológicas del cráneo.